Editorial: Depuremos nuestra imagen externa

Las autoridades poco o nada reflexionan sobre cómo los últimos escándalos políticos afectan la imagen internacional del país

Los últimos episodios jurídicos y políticos han confirmado una vez más la debilidad institucional de la que ‘cojea’ Ecuador, con el agravante del efecto negativo que ello podría estar ocasionando afuera. No solo preocupa el rechazo o la impotencia que genera el ver cómo unos cuantos leen y ejecutan las normas a conveniencia, sino la advertencia de lo que esto podría significar para todo aquel que, desde el exterior, analiza la posibilidad de traer sus capitales al país. 

Las autoridades poco o nada reflexionan acerca de cómo los últimos escándalos afectan la imagen internacional del país. El peso que pueden llegar a tener ciertos hechos, como las vías forzadas que ha tomado el Gobierno para lograr un sucesión vicepresidencial; el que se obvien las leyes para gobernar y hacer campaña a la vez; o que cada concurso público para elegir a autoridades claves siempre resulte fallido por estar plagado de irregularidades.

El próximo gobierno deberá buscar la forma de mejorar la reputación del país pues todas estas transgresiones ponen en duda la seguridad jurídica. Ecuador es un mercado que ya por su tamaño no permite generar economías de escala y por ello resulta poco atractivo para atraer capitales de afuera. Mal hacemos en seguir poniendo sobre la mesa más elementos negativos que alejen las divisas extranjeras, tan esenciales para una economía dolarizada como la nuestra.