Editorial: Donaciones precampaña
El Código de la Democracia prohíbe expresamente que quienes aspiren a participar en una elección popular entreguen donaciones
El presidente de la República anunció que “después de ordenar las finanzas públicas” ha decidido que el Estado se “encargue” de la planilla de luz de los meses de diciembre, enero y febrero, para quienes consumen hasta 180 kW, consumo que pasaría a ser gratuito. Se trataría pues de una clara donación de parte del Estado, cuya gravedad no puede quedar disimulada a fuer de que beneficiaría a los sectores más pobres y necesitados de la población. Más allá de lo discutible que puede ser que en verdad a esta fecha las finanzas públicas estén “ordenadas”, resulta cuestionable que esa decisión la adopte un presidente que ha anunciado su candidatura a la reelección, más aún cuando la referida donación corresponderá precisamente a planillas de meses inmediatamente previos a las votaciones.
El Código de la Democracia prohíbe expresamente que quienes aspiren a participar en una elección popular entreguen donaciones, dádivas o regalos a los ciudadanos. No se requiere que haya candidatura inscrita para que esa prohibición funcione. Y si eso es así incluso con dinero privado, más lo es si se hace con recursos públicos. Vale recordar que la misma ley considera como infracción muy grave que servidores públicos usen o autoricen el uso de bienes o recursos públicos con fines electorales. Este es un asunto muy delicado que no puede pasar desapercibido.