Editorial: A Ecuador le urge sembrar confianza

Es envidiable ver la capacidad que otros países tienen para atraer capitales de inversionistas externos

Ecuador se gana de a poco el título de ‘el patito feo’ de la región, y no es para menos cuando los pilares sobre los que se sostiene siguen tambaleando en una economía que se muestra volátil y débil y cuando el Gobierno sigue sin poder recuperar la credibilidad y confianza de la institucionalidad del país. Su imagen a nivel internacional cojea y ese es un problema que nos urge revertir.

Es envidiable ver la capacidad que otros países tienen para atraer capitales de inversionistas externos, aun cuando son naciones consideradas del tercer mundo o en desarrollo y que sufren de fuertes desequilibrios. Colombia, cuyo gobierno hoy lucha por impulsar una constituyente para destrabar reformas políticas, no ha dejado de ser un mercado atractivo; tampoco Perú, que acaba de ver destituir a su fiscal general o incluso países como Israel que, estando hoy en guerra, no ha dejado de ser un escenario turístico, por el que se pueda apostar. Todo tiene una explicación y se llama institucionalidad, una base de la que carece Ecuador. Acá seguimos teniendo la sensación de que nada funciona, de que no hay un rumbo claro para blindar la justicia, la protección ciudadana y la seguridad jurídica que requieren las empresas. Si el país quiere enrumbar un cambio debería empezar por fortalecer sus instituciones. Solo así empezará a sembrar confianza en el exterior.