Editorial: Estafa al contribuyente
Las poblaciones paga tributos locales y nacionales para que estos se retribuyan en su bienestar a través de obras y servicios
La puntualidad exigida al contribuyente a la hora de pagar los impuestos, deben aplicarla las autoridades locales y nacionales para atender las necesidades ciudadanas, que son muchas.
De nada le sirve a una población estar al día en el pago de los tributos, que merman mensualmente sus ingresos, si no recibe una atención médica oportuna, los parques están destruidos, las calles están llenas de baches y el transporte público ofrece un pésimo servicio.
Si los alcaldes y prefectos no cumplen con sus obligaciones con el pueblo, con el que adquirieron compromisos ineludibles en el momento en que asumieron el poder, bien podría decirse que están estafando a los contribuyentes, que son los que pagan sus salarios e incluso aportan con el dinero que gastaron en la promoción electoral para llegar al poder que ostentan.
Resulta inconcebible que los conductores, que pagan impuestos al rodaje y otros, tengan que circular por calles y avenidas de Guayaquil, Samborondón y otras ciudades del país, que parecen paisajes lunares por la cantidad de huecos que tienen.
El pueblo ecuatoriano debe tener claro que los municipios y las prefecturas, así como el gobierno central, son los responsables de administrar sus territorios y atenderlos en obras y servicios porque para eso pagan impuestos.