Editorial: Evitar la anarquía

El linchamiento y posterior colgamiento del sospechoso de un crimen es un ejemplo de lo que podría comenzar a replicarse

En los últimos días se ha dado un repunte de la actividad delincuencial en todo el país. El asesinato de la directora de la Penitenciaría del Litoral; el ataque armado a un individuo en Salinas con la playa llena de familias; el incidente con un carro en Manta al que presuntos delincuentes le prendieron fuego y lo hicieron rodar sin control; y el incremento de casos de robos en el centro de Guayaquil, impidiéndoles la respiración a las víctimas son evidencias de la inseguridad que tiene en zozobra a los ecuatorianos.

Pese a que el Gobierno puso en marcha el Plan Fénix, la percepción de la ciudadanía es de un incremento notorio de la delincuencia y de vivir en total indefensión, lo que podría conducir a que se empiece a aplicar la justicia por mano propia. El linchamiento y posterior colgamiento del sospechoso de un crimen en Cayambe es un ejemplo de lo que podría comenzar a replicarse ante la falta de efectividad de la fuerza pública para contener el crimen. Se iniciaría así un proceso de anarquización que terminaría por conducirnos a la situación que vive Haití, donde no existe ley ni orden, con un Estado fallido incapaz de poner fin al caos reinante.

La sociedad ecuatoriana demanda que los todos los Poderes del Estado dejen de lado el enfrentamiento político y trabajen conjuntamente para poder superar la grave crisis que afrontamos.