Editorial: Extorsionadores antipatria

Los actos delictivos de los vacunadores están provocando el empobrecimiento de la sociedad ecuatoriana y la migración interna y externa.

Los extorsionadores están atacando a la población ecuatoriana como si no supiesen ni sumar ni restar, y como si su objetivo fuese acabar con los negocios para enterrar al país en la desocupación y la extrema pobreza. Obnubilados por la codicia y la violencia sin límites, los vacunadores, ignorantes y antipatrias, no comprenden que el exceso de vacuna también mata, que no se le puede pedir dinero a un muerto, y que estarían exterminando a su fuente de ingresos. Las actuaciones delictivas de los últimos meses denotan un accionar completamente irracional, que está empujando a la población a migrar, y presionando a los afectados que no se van a hacer justicia por mano propia para proteger a sus negocios, sus propias vidas y las de sus familias. Además, el cada vez más frecuente cierre de negocios por el miedo a los extorsionadores deja diariamente a miles de personas sin trabajo, pues prefieren la vida en otro lugar, a ser las próximas víctimas solo por defender sus propiedades.

Urge que las autoridades nacionales y locales definan planes de protección ciudadana, pero también hacen falta acciones comunitarias que permitan el rescate de las zonas tomadas por la espiral de delincuencia y de violencia que desangra y empobrece a la sociedad ecuatoriana.