Editorial: Festividades afectadas
El impacto del fenómeno de El Niño todavía no se ha sentido en la Costa, pero prevalece en las autoridades la actitud negligente
La cultura de la imprevisión impacta negativamente en los hogares ecuatorianos, al igual que en los negocios, porque ni las autoridades locales ni las nacionales cumplen con sus obligaciones y su responsabilidad de trabajar por el bienestar de la colectividad, la cual se encuentra envuelta en un círculo vicioso cada vez más destructivo.
El solo pronóstico internacional de que la presencia del fenómeno El Niño para este 2023 cambiaría el patrón normal de las condiciones meteorológicas, debió obligar a la preparación del sector energético. Con ello se hubiese evitado el alto impacto económico en los negocios, pues aun si logran recuperarse algo en estos días sin cortes energéticos, no les alcanzará para cubrir lo perdido en los días previos a las festividades de Navidad y Año Nuevo, sin contar con lo que dejarán de vender o producir a inicios del próximo año.
Pero la falta de planificación también se ha evidenciado en el sector comercial y en el de la construcción que, conociendo de la deficiencia energética del país, ‘olvidaron’ incorporar generadores de electricidad en sus proyectos de vivienda y en locales comerciales.
Los ecuatorianos deben despertar de su permanente letargo porque este impide el desarrollo económico del país. Se requieren políticas claras y decisiones concretas.