Editorial: Frenar el avance de la inseguridad
No podemos normalizar el hecho ocurrido: delincuentes entraron a una urbanización cerrada de Samborondón y robaron en casas
En Ecuador ya se ha vuelto rutina despertar a diario y ver en la televisión o leer en el periódico noticias sobre los asesinatos y asaltos constantes que exhiben a una delincuencia aún galopante. Pero lo común no debería normalizarse ni convertirse en costumbre, pues ello significaría que hemos bajado los brazos, rindiéndonos ante un enemigo que roba la paz y el bienestar de todo un país.
No podemos normalizar el hecho ocurrido en el feriado pasado: delincuentes entraron a una urbanización cerrada de Samborondón y robaron en ocho casas. Tampoco podemos obviar el riesgo a ser asaltados que hoy corremos en zonas eminentemente turísticas, o incluso en aquellas colindantes con edificios gubernamentales. Ello solo demuestra el avance desmedido que podría estar experimentando el crimen organizado, en circunstancias en que otros temas de igual gravedad nos mantienen preocupados, como los cortes energéticos.
Hay que ponerle un freno definitivo a la delincuencia, no podemos seguir permitiendo que la inseguridad nos acorrale y nos atemorice hasta en nuestras casas. El Gobierno debe maximizar sus esfuerzos para acabar con la criminalidad que, a punta de robo, secuestros y extorsiones, a diario deja un saldo de muertes y pérdidas económicas que están destrozando al país.