Editorial | No hay crédito más caro que el inexistente

El techo a las tasas de interés está teniendo un efecto contraproducente

El mercado financiero lleva años rigiéndose a un techo máximo que limita el cobro de las tasas de interés de los créditos que otorga. Pero la idea, que surgió en aras de evitar el encarecimiento de los préstamos, está teniendo un efecto contraproducente, pues el techo se está convirtiendo en una traba para colocar hipotecarios, a un precio real de mercado. Esto porque ningún banco quiere ver afectada su rentabilidad.

Un ejemplo de ello es la denuncia que hace el sector inmobiliario, respecto a lo complicado de acceder a financiamiento, trabando con ello la demanda y la recuperación del sector de la construcción, uno de los más claves para impulsar la anhelada recuperación económica que requiere el país. Pero mientras unos se quejan, otros callan. La Junta de Política y Regulación Financiera, llamada a hablar de las funciones que debería ejercer, hasta ahora ha evitado referirse públicamente al tema. Las preguntas que deben responder son: ¿Por qué se sigue manteniendo un esquema que, si bien ha sido flexibilizado en los últimos meses, sigue generando problemas?¿Cuáles son los motivos de no liberar una tasa?

No hay un crédito más caro que el que no existe. No corregir el problema es abonar a la informalidad financiera de miles de personas que, por su riesgo crediticio y bajo poder adquisitivo, recurren al chulco, una alternativa más caras y más riesgosa.