Editorial | Es hora de las propuestas

El éxito electoral estaría reservado para quienes estén dispuestos a liderar desde la honestidad y la voluntad de servicio

El electorado ecuatoriano ya no es el mismo de décadas pasadas. El del Ecuador de hoy es un electorado agotado, cansado tanto de los viejos y tradicionales esquemas que imponen los candidatos oportunistas, como de los partidos que se alquilan a aventureros políticos que buscan su minuto de fama. Por eso ha llegado la hora de que aquellos sectores de la sociedad que han visto asqueados y desde lejos la actividad política y no han querido participar en ella, decidan finalmente mojarse por el país y contribuir de forma activa a que el electorado opte por la mejor alternativa en la crucial definición que tenemos por delante. Si se permite que aventureros, oportunistas, corruptos e incluso amigos de la mafia sean quienes participen en elecciones y ocupen la esfera pública, el país seguirá hundiéndose en la corrupción y la desintegración social. Aunque ha habido excepciones, estas son muy pocas.

Parecería que el país llegó a un límite, por lo que el éxito electoral estaría reservado para quienes estén dispuestos a liderar desde la honestidad y la voluntad de servicio. Si un actor político presenta propuestas reales y viables para sacar al Ecuador del fango moral en que se encuentra, muy posiblemente ganará las elecciones. Un liderazgo honesto y propositivo resultará mucho más atractivo que la actual carrera por la destrucción del contrario.