Editorial: El IESS, nuestro Triángulo de las Bermudas

A ciertos prestadores de salud el negocio les resulta tan rentable como para seguir dando servicio al IESS

En el IESS, al igual que en el mítico triángulo de las Bermudas, lo que allí sucede queda sumido en el misterio. No existe la más mínima transparencia y todo aquello que se denuncia queda sin solución.

No es novedad que muchos de los prestadores de salud del seguro social, debido a los atrasos en los pagos, han suspendido sus servicios manifestando que se encuentran al borde de la quiebra. Sin embargo, un porcentaje considerable de ellos continúa aceptando derivaciones aunque les deban millones de dólares y aunque se quejen de que no tienen con qué pagar sueldos y que por ello están atrasados en las aportaciones de sus empleados. 

Ante esta terrible situación financiera, ¿por qué no han iniciado acciones judiciales contra el IESS? Auditorías develan irregularidades como registros de hasta nueve solicitudes al año de atención médica dental realizadas desde un mismo número telefónico. 

Ante estos descubrimientos, ¿se ha dado paso a investigaciones para saber si hay complicidad de funcionarios del IESS? ¿Se ha determinado por qué a ciertos prestadores el negocio les resulta tan rentable como para seguir dando servicio al IESS, pese a estar impagos? ¿Se han iniciado acciones legales para sancionar a los responsables? De no ser así, caben las suspicacias. El IESS debe aclarar estas y otras inconsistencias, y ponerles fin definitivamente.