Editorial | El IESS rumbo al despeñadero
La única propuesta que ha resonado es la de quitar un techo a la edad de jubilación... pero nadie dice cómo tapar los huecos
La crisis que padece el IESS y que se evidencia con los cálculos actuariales que hablan de la poca o nula sostenibilidad de sus fondos para seguir pagando las actuales pensiones jubilares y las futuras, sigue sin resolverse ante la mirada indiferente de autoridades y del propio directorio de la institución, que atestiguan cómo el sistema se cae a pedazos. Ante tanta desidia, la única propuesta que ha resonado es la de quitar un techo a la edad de jubilación como vía para sostener los ingresos, pero nadie dice cómo tapar los huecos por donde se sigue infiltrando la corrupción y drenando los recursos. El IESS va rumbo al despeñadero y sin embargo nadie hasta ahora propone cómo eliminar a las mafias, reales causantes de debilitar el funcionamiento de la entidad, las cuales idean permanentemente nuevas artimañas, como el uso de empresas universitarias para hacer negocio con medicamentos con sobreprecios.
Basta de verle la cara a los afiliados, que en medio de sus necesidades se ven obligados a destinar cada mes una parte importante de su sueldo para alimentar una estructura de seguridad caduca, que no sirve, y que no da señales de cambio. Si las autoridades no son capaces de revertir la situación, entonces que presenten un plan que permita a los afiliados elegir libremente una alternativa de seguro que en verdad les preste un buen servicio.