Editorial: Investigación exhaustiva
La aparición de los jóvenes que todo el país anhela añadirá luz a los hechos registrados desde el momento de su retención
Mientras no aparezcan sanos y salvos los cuatro adolescentes aparentemente retenidos por una patrulla militar que olvidó el debido proceso en supuestos actos delictivos, no habrá paz ni tranquilidad en las filas castrenses, ni para los familiares de los desaparecidos ni para el resto de habitantes del país, que observan expectantes el manejo difuso del caso, tanto de parte de los uniformados y sus cúpulas, como de las autoridades del Gobierno central, del presidente de la República y de las demás Funciones del Estado, incluidos los asambleístas, que quieren aupar a sus grupos políticos en la precampaña, mostrándose como los grandes defensores de los angustiados padres, que solo quieren encontrar a sus hijos.
Tan confusas son las declaraciones de las autoridades y el relato de los hechos que constan en el parte que elaboró la patrulla, que levantan sospechas sobre un posible orquestado plan para dañar la institucionalidad militar, no se sabe si por elementos infiltrados o por los grupos criminales que buscan debilitarlos. O por ambos.
La sospechosa desaparición de los jóvenes deja al descubierto la falta de preparación de la fuerza pública, no solo en las operaciones cotidianas, sino en el manejo de situaciones de crisis. Ecuador merece una Navidad en paz y con los adolescentes de regreso junto a sus padres.