Editorial | Latrocinio en el IESS

Sin un cambio estructural profundo y una voluntad política real, el Seguro Social seguirá sumido en ineficiencia y corrupción

El IESS sigue atrapado en una red de corrupción que se apodera de los recursos que deben destinarse para la atención de los aportantes, al punto que hay demasiados afiliados esperando por cirugías y medicinas. Las irregularidades van desde miles de citas médicas asignadas desde un solo número de teléfono para atenciones dentales hasta cobros millonarios por colonoscopias y endoscopías. Estas modalidades de atraco evidencian un sistema totalmente vulnerable y propenso al abuso, que debe darse de baja.

Lo más alarmante es el silencio cómplice de los principales actores que deberían velar por el bienestar de los afiliados. Ni los presidentes del Directorio del IESS ni los representantes de los empleadores han levantado la voz para denunciar estas prácticas ni para defender los intereses de los aportantes. Mientras ellos miren hacia otro lado, la situación continuará igual.

El círculo vicioso deja claro que el sistema está diseñado para fallar. Es un mecanismo que, lejos de proteger a los trabajadores, parece creado para facilitar el saqueo de sus recursos. Sin un cambio estructural profundo y una voluntad política real, el IESS seguirá sumido en la ineficiencia y la corrupción, y los afiliados continuarán pagando el precio de un sistema que los perjudica.