Editorial | Con la ley y la verdad
Hay quienes optan por el camino de justificar lo injustificable, incluso transgrediendo las normas
La ley se acata. Nos guste o no nos guste, esas son las reglas del juego. Ecuador, lamentablemente, ha perdido ese principio básico de la vida en democracia y de un país que se supone debe respetar la institucionalidad vigente y sus leyes. EXPRESO así lo observa y así lo plasma en sus páginas todos los días, no de ahora, desde siempre, y lo seguirá haciendo.
Este Diario defiende la legalidad y la verdad ante todo, entendiendo que incluso el camino de la ley puede ser adverso para el país. Pero esto no es un juego de afectos o desafectos. No debe serlo. Hacer que se respete la Constitución y la ley debe ser una obligación de todos los ciudadanos. No solamente si afecta a aquellos con quienes discrepamos, sino con mayor énfasis si afecta a aquellos con los que coincidimos. Esa debe ser la regla de oro.
Sin embargo, hay quienes optan por el camino de justificar lo injustificable, incluso transgrediendo las normas que nos rigen como país y sociedad. Si esas son las nuevas reglas del juego, sería bueno ser sinceros y decirlo con todas sus palabras. Eso sí, teniendo claro que si esa práctica de violentar la ley se mantiene en el tiempo, quienes hoy la justifican y hasta la aplauden, quienes hoy guardan silencio y miran hacia otro lado, no tendrán derecho a quejarse después.