Editorial | Mercantilismo médico
Hay verdaderas estructuras delictivas en el sector de la salud, que se apoderan del dinero de lo público, y generan ganancias a los privados
Cada vez son menos los médicos ecuatorianos que no sucumben al mercantilismo, el cual se ha impuesto al juramento hipocrático que hicieron al salir de la universidad, en perjuicio de sus pacientes y de los sistemas de salud públicos y privados.
Muchos profesionales de la salud han dejado de consagrarse al servicio de la humanidad y se han dedicado a ejercer su profesión sin conciencia ni dignidad, porque ya no piensan en la salud del paciente sino en el dinero que ingresará a sus bolsillos
El honor y la ética están reñidos con sus actuaciones pues la práctica diaria de muchos es recetar los medicamentos por los que reciben beneficios de los laboratorios farmacéuticos, sin importar el bienestar del enfermo ni sus dificultades para acceder a ellos. Lo mismo ocurre con las derivaciones de las instituciones públicas a las privadas y los exámenes de laboratorio. Más asignaciones reciben quienes más beneficios otorgan a los médicos de la red. Existen verdaderas estructuras delictivas para, por un lado esquilmar a los seguros médicos privados y por otro, quedarse con parte de la plata de los sistemas de salud del Estado.
El país requiere un cambio urgente que elimine las mafias enquistadas en lo público, pero también en lo privado.