Editorial: Un misterio inadmisible
Es obligación de la propia vicepresidenta dar, sin dilaciones, una explicación clara y veraz a sus mandantes
El país ha sido testigo del enfrentamiento entre el primer mandatario y su binomio presidencial desde el inicio mismo de su periodo de Gobierno. Y esta confrontación, lejos de haberse suavizado ha alcanzado picos de algidez que han llevado a la ciudadanía a cuestionarse sobre el motivo de la desavenencia y elucubrar sobre su gravedad, dado que incluso el presidente puso distancia física de por medio enviando a la vicepresidenta a Medio Oriente a desempeñar una función suigéneris. Sin embargo, la Presidencia de la República no ha emitido nunca un pronunciamiento formal acerca de la causa para tan evidente enemistad.
Se suma a este misterio no develado el hecho de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos haya decidido retirarle la visa a la funcionaria que es la primera en la línea de sucesión del Gobierno después del primer mandatario, sin que oficialmente se hayan dado a conocer las razones.
En el manual de asuntos exteriores de ese país se indican las causales que pueden dar paso a una decisión de ese tipo y la falta de explicaciones solo abona a la generación de especulaciones y rumores. Es por ello obligación de la propia vicepresidenta dar, sin dilaciones, una explicación clara y veraz a sus mandantes. Las causas deben ser de conocimiento público. La transparencia total debe imperar, justamente por la alta jerarquía de su cargo.