Editorial | Mitigar la crisis de conectividad
En esta crisis es indispensable empezar a tomar correctivos que vayan ligados a garantizar la provisión de un servicio
La época de apagones, una de las más graves que ha experimentado el país, ha ahondado crisis preexistentes, como la de inseguridad, pero también ha originado otras, como la económica y la de conectividad. De esta última poco se habla. Y si bien las autoridades anunciaron esta semana medidas de remediación por el mal servicio, no pasan de ser políticas parches.
El anuncio de diferir los pagos de noviembre y de regalar megas adicionales ayudará, sin duda, a mitigar el perjuicio de no poder usar un servicio básico en plena era de las telecomunicaciones. No obstante, los planteamientos en nada solucionan los problemas que crea la actual crisis energética. Tener apagones prolongados significa aislar a todo un país hasta por 14 horas diarias, pues se afecta la conectividad interna y la conexión con el exterior, lo cual dificulta trabajar, hacer negocios, inversiones, y el desenvolvimiento normal de los servicios que se prestan, incluyendo la salud y la educación. En esta crisis es indispensable empezar a tomar correctivos que vayan ligados a garantizar la provisión de un servicio que hoy por hoy es ineficiente. Las acciones deberían ir más allá, exigir más inversión privada, que debe estar destinada a mayor dotación de baterías y generadores a ser usados por las telefónicas en cada corte. Es la forma de garantizar internet para todos, en todo momento.