Editorial: Nuevas leyes para superar las crisis

La reciente arremetida de la delincuencia afecta aún más al ya golpeado sector turístico y comercial

Ante la reciente arremetida de la delincuencia con episodios de extrema violencia, incluso en una playa atestada de gente y a plena luz del día, el turismo y el comercio se resienten. No solo los visitantes extranjeros desisten de su visita, cancelando reservas en hoteles; también los ecuatorianos cambian el destino de sus vacaciones o limitan sus salidas, minimizando consumos en restaurantes y centros de entretenimiento, más aún en bares y discotecas, pues al operar en las noches, el frecuentarlos reviste mayor inseguridad. El repunte delincuencial afecta sobre todo a los pequeños negocios, ya que la ciudadanía prefiere acudir a centros comerciales, donde se siente más protegida.

A esta realidad se suman los apagones, restringiendo aún más la actividad productiva, comercial y de servicios, que ya viene desplegando grandes descuentos y promociones especiales para tratar de enganchar al consumidor, y que otra vez deberá adaptarse a nuevas circunstancias.

La situación en el país es caótica, por ello resulta inconcebible que la Primera Función del Estado, ante tal grado de conmoción haya protagonizado un episodio grotesco de burla en su afán de dañar al Ejecutivo, en lugar de trabajar sin pausa en la promulgación de nuevas leyes que permitan la superación de la emergencia eléctrica y el efectivo combate al crimen organizado.