Editorial: El pobre nivel de la política

Luego de esta campaña electoral, elevar el nivel de la política será tarea complicada

La actual campaña electoral dibuja de cuerpo entero a la clase política de Ecuador: vana, sin propuestas, nociva, vil; ni siquiera buena para insultarse entre rivales políticos, pues hasta para eso hay que tener cierto grado de inteligencia y altura. Y es porque la política ecuatoriana se ha degradado. Así lo evidencia el que un mercenario extranjero, traído al país por objetivos de seguridad, escarbe en temas personales, como la paternidad del hijo de una de las candidatas presidenciales. Y como también lo evidencia el trato de esta misma aspirante finalista hacia su rival político en el debate presidencial, haciendo referencia a una supuesta condición del presidente, y con menciones a su familia.

Luego de esta campaña electoral, elevar el nivel de la política será una tarea complicada, pues no se trata solo de respetar ciertos códigos. Habría que elevar primero el nivel de los políticos. Y no se podrá lograr ese cometido con la clase de partidos y movimientos políticos que tiene el país, que en su gran mayoría son empresas electorales.

Cuando se mira el servicio público a través del filtro de los dólares sucede lo que hoy experimenta Ecuador. Para elevar el nivel de la política hay que desbaratar los cimientos del actual sistema electoral y de partidos, e implementar uno en el que todos los actores cumplan su verdadero rol dentro de la democracia.