Editorial | El político silente no es político
Hacer voto de silencio no es de un político, que debe hablar de todos los temas relevantes
El ejercicio de la política no es un pasatiempo, está en casi todo y quienes asumen el compromiso de hacer de ella el camino para mejorar la vida de las personas no pueden quedarse callados ante lo que sucede en el país. Esa es la visión del quehacer de algunos políticos ecuatorianos, que se activan cada vez que se acercan elecciones y desaparecen de la esfera pública cuando pierden. ¿Acaso aquellos anuncios de cambiar el país solo eran palabras? ¿Dónde quedan sus propuestas e ideas?
Es cierto que para plasmar esas ofertas de campaña es necesario ganar las elecciones, pero no es menos cierto que insistiendo en esas ideas, trayéndolas al debate público, también es posible encaminar futuros cambios. Y esto solo se logrará cuando el país tenga políticos que hablen de todos los temas relevantes, sin importar si están o no en la papeleta, o si va a tener o no un rédito electoral. Hacer voto de silencio no es de un político.
Si así son los que aspiran a gobernar el país, las ciudades y provincias, algo está mal. Los partidos políticos no están cumpliendo su rol de formación de cuadros. Es el momento de exigirles que sean verdaderos políticos, o se quiten esa etiqueta, o piensen bien antes de meterse en este mundo. Que quienes asuman ser políticos lo hagan por convicción. La sociedad no merece ser gobernada por improvisados.