Editorial: Privilegios groseros

Ecuador sigue amedrentado por ‘intocables’ al punto que ni siquiera se guardan las formas.

Alguien que se quita un grillete no puede simplemente irse a su casa. Debería ir a prisión de inmediato por haber violado las condiciones en que debe cumplir su condena o una medida cautelar por ser parte de un proceso judicial. Ello solo evidencia que Ecuador sigue estando amedrentado por ‘intocables’, al punto de que ni siquiera se guardan las formas.

Quienes incumplen la medida de portar el grillete electrónico todo el tiempo, dondequiera que vayan, deben ser sancionados. Además, dado que quienes deben portarlo lo desactivan a voluntad, también se debe sancionar a los encargados de realizar su monitoreo. Asimismo, en función de que el llevarlo puesto permanentemente es algo que no ocurre en la realidad, las autoridades responsables deben tomar medidas contundentes para garantizar que la ley no sea burlada. De lo contrario, la sociedad estaría recibiendo una nueva cachetada por parte de una justicia que antepone intereses personales al bienestar ciudadano.

La inobservancia de la obligación de llevar puesto el grillete demuestra que existen privilegiados para quienes las penas son inimputables.

Si la estructura y la tecnología de que se dispone no permite garantizar la observancia de la medida, todos los que tienen grillete deben sacárselo y guardar prisión en sus casas. Sería un trato más igualitario.