Editorial | Una protección real del medio ambiente
...es un organismo anquilosado, sin las herramientas ni la decisión de sus autoridades para realmente incidir
Con la misma celeridad con la que el Ministerio de Ambiente aprobó un registro ambiental para un proyecto inmobiliario privado en Olón, debería defender los nacimientos y cauces de agua del país. Los vertederos de agua contaminada, ya sea de ciudades, pueblos o plantaciones agrícolas, desembocan sin tratamiento, en su mayoría, a ríos y esteros que muchas veces son la fuente de agua para la subsistencia de millones de ecuatorianos. A esto hay que sumar actividades más o menos nuevas, como la minería, o el inadecuado manejo de los desechos electrónicos. Las evidencias de este ecocidio general están a la vista y es notorio el deterioro acelerado del medio ambiente en el país, particularmente de la calidad del agua. El Ministerio del Ambiente fue creado en 1996 y a pesar de que ha hecho importantes aportes a la conservación ambiental, también es cierto que es un organismo anquilosado, sin las herramientas ni la decisión de sus autoridades para realmente incidir en el control y regulación de los temas ambientales más importantes. La corrupción y la negligencia también inciden en esta ineficiencia.
Un Ministerio del Ambiente que trabaje decididamente por el medio ambiente y no a favor de agendas particulares es indispensable para precautelar la riqueza natural del Ecuador.