Editorial | Proteger y conservar el agua en Ecuador
La protección de las fuentes de agua, vitales para la vida cotidiana y el desarrollo del país, debe ser política de Estado
La falta de previsión y planificación para el cuidado de los recursos hídricos, de la que adolecen los gobiernos nacional y local, debe terminar por el bienestar de la población y el desarrollo de la economía del país. Los actuales apagones y la falta de agua en diversas poblaciones de la Costa y la Sierra no hacen más que evidenciar la carencia de políticas de Estado y las malas administraciones municipales que hemos tenido, pues se olvidaron de construir grandes reservorios de agua para suplir las necesidades apremiantes durante las sequías, más aún ahora, que se han vuelto cíclicas.
La escasez del líquido vital debido al severo estiaje que afecta al territorio nacional y que impide la generación hidroeléctrica, el abastecimiento domiciliario y el riego agrícola, debe hacer reflexionar a la clase política que ha estado en el poder en los últimos treinta años, sobre el alto nivel de responsabilidad que tiene en lo que está padeciendo el territorio nacional.
Es vital la protección de las fuentes de agua, lo que incluye la no contaminación de lagunas, quebradas y ríos, los cuales han perdido su cauce, tanto por la actual sequía, como por la desatención de los entes responsables, que descuidaron el dragado de los ríos y embalses, y no construyeron los reservorios necesarios. El aviso de la naturaleza no puede desoírse; las fuentes de agua deben cuidarse.