Editorial: Publicidad de licor: un ‘shot’ de verdad

El trabajo que realiza la industria alcoholera es tan legítimo como el que hace cualquier otro sector productivo

En Ecuador existen muchas normas obsoletas que lejos de conseguir los fines planteados terminan causando perjuicios. Una de ellas es la prohibición que sigue teniendo la industria alcoholera para promocionar sus productos en medios masivos como la televisión, la radio o los periódicos.

Desde 2013, en la época del correísmo, empresas cerveceras y licoreras tienen prohibido promocionar su oferta, una regla que nació bajo el disfraz de prevención y cuidado a la salud pública, pero que en el fondo -todos lo sabían- se trataba de un plan concebido para castigar y mermar los ingresos de la prensa crítica. Muestra de ello es la vía libre que se dejó para la promoción en vallas y medios digitales.

Han pasado los años y el único resultado palpable es el de una industria apagada y limitada de mostrar al mundo su trabajo, algo inconcebible en otros países? ¿Cómo se promocionarían el ron del Caribe, o el prestigioso buen vino argentino, o en Europa las cervezas, el vodka o el whisky?

Hay que dar de baja los falsos moralismos. El trabajo que realiza la industria alcoholera es tan legítimo como el que hace cualquier otro sector productivo que paga impuestos y que genera empleo. Revisar esta y otras normas que aporten competitividad al sector es necesario en un mercado cada vez más reñido y a la vez muy golpeado por la inseguridad y los apagones.