Editorial | Repensar el subsidio
Lo que más espanta es el silencio y quemeimportismo de las autoridades que, conociendo el problema...
El secreto a voces sale de las sombras y toma forma. Lo que es conocido por muchos, pero que nadie dice, es cómo el contrabando de combustible se convirtió en un gran negocio para unos cuantos, con cuantiosos perjuicios para muchos. La Fiscalía posa su lupa sobre varias empresas y personas naturales. Las acusaciones dependerán de las evidencias e investigaciones. No obstante, este gran secreto develado debe obligar a las autoridades nacionales a repensar el futuro del subsidio al combustible. ¡Hasta cuándo los ecuatorianos seguirán pagando de sus bolsillos una subvención que se fuga sin mayor control por las fronteras para beneficiar a Perú y Colombia! Sin embargo, lo que más espanta es el silencio y el quemeimportismo de las autoridades que, gobierno tras gobierno, conociendo el problema, no fueron ni son capaces de al menos poner sobre la mesa de debate la supresión de un subsidio que lo gozan otros, o proponer alguna otra alternativa. Los precandidatos presidenciales incluso deberían ser los primeros en reaccionar y presentar sus propuestas.
Al menos ya Fiscalía le puso el cascabel al gato. Lo que era un secreto ahora es parte de la conversación pública. Es hora de que caigan los bustos y las estatuas de arcilla que se levantaron socavando el espíritu de un subsidio que hoy tiene que replantearse.