Editorial | Sacar al IESS de la debacle
Continuar con el actual sistema de elección de representantes es continuar apoyando la quiebra de un sistema
La forma de elegir a los representantes de los trabajadores y empleadores ante el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social debe cambiar, porque el silencio cómplice de los designados, ante la debacle y la corrupción imperantes en la entidad, es vergonzoso y condenable.
Las cámaras de la producción y las agrupaciones de trabajadores, incluyendo el Gobierno central, deberían renunciar a su derecho de escoger a quienes integran el Consejo Directivo, porque la experiencia demuestra sus equivocaciones en la elección de sus delegados, que no han cumplido con sus funciones, porque si lo hubiesen hecho, la situación actual del IESS no sería de una quiebra inminente. Los afiliados y jubilados demandan respuestas inmediatas y acciones urgentes que acaben con las mafias y las redes de corrupción que han convertido al instituto en una guarida de ladrones. Y en eso es en lo que tendrían que estar trabajando quienes deben rendir cuentas por su mala administración y por estar mirando hacia el lado que no afecta sus intereses y de los que los pusieron en esas funciones.
Tener el mismo número de afiliados desde hace cinco años demuestra la ineficiencia de un sistema que, para cambiar, requiere de la participación de la Asamblea Nacional. Los legisladores actuales y pasados, y también los gobiernos de turno tienen mucha culpa de lo que está ocurriendo.