Editorial | Salir del entrampamiento

Agobiado por el mal mayor de la delincuencia, el país se ha ido postrando con nuevas afectaciones

Como si fuese un paciente comatoso, Ecuador se agrava día a día. Agobiado por el mal mayor de la delincuencia, se ha ido postrando con nuevas afectaciones que lo aproximan a la parálisis total, sin una reacción adecuada de su sistema de defensa que lo lleve a superar la crisis. Centrados en un show mediático, los ecuatorianos solo discuten sobre un asesinato, sin enfocar los gravísimos problemas reales que agudizan el estado de postración. La crisis energética sacó a la luz temas trascendentes como la conservación del agua, la deforestación y la falta total de políticas públicas que garanticen la preservación de sus recursos y el progreso del país en las décadas por venir. Las leyes que propone el Ejecutivo y que la mayoría de veces objeta el Legislativo devienen en marcos legales incompletos e ineficientes que no resuelven estructuralmente sino que detienen el caos momentáneo, sin garantizar seguridad jurídica ni estabilidad, indispensables para atraer inversión para el desarrollo, con todas las autoridades de control prorrogadas e ignorando asuntos tan graves como el retiro de la visa de EE.UU. a la vicepresidenta, fomentando a impunidad que lleva a los corruptos a actuar incluso sin cuestionamiento social.

Es hora de asumir responsabilidades y de que Estado y sociedad emprendan, con valor, decisión y frontalidad, el rescate del Ecuador y todos los cambios que eso conlleva.