Editorial | SOTE: acabemos con las soluciones parches

Al igual que las carreteras del país, el sistema de oleoductos sufre un abandono crítico

El sexto derrame de crudo del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) en los últimos cuatro años evidencia una cruda realidad: Ecuador no ha aprendido la lección. Como país, seguimos asumiendo las consecuencias de los mismos errores, pagando un alto precio ambiental y económico por la falta de planificación y prevención en cuanto a infraestructura petrolera.

Al igual que las carreteras del país, el sistema de oleoductos sufre un abandono crítico después de cuatro décadas de operación, con soluciones temporales que solo postergan el inevitable colapso. La contaminación ambiental y la reducción en la producción petrolera que generan estos incidentes recurrentes no son casuales, sino el resultado de una falta de visión estratégica gubernamental en el manejo de nuestros recursos.

Con un Estado desfinanciado, que no puede realizar las inversiones necesarias para modernizar el SOTE, la solución más viable es la concesión mediante un proceso transparente que garantice réditos económicos para Ecuador. Permitir que un tercero con experiencia y capacidad de inversión asuma la responsabilidad que Petroecuador ha demostrado no poder cumplir con eficiencia, podría significar la optimización de un recurso estratégico del que pende la economía. Hay que poner fin a las soluciones parches.