Editorial: Transporte fluvial

Los beneficios de un sistema de transporte fluvial se sentirían en la economía local y la calidad de vida de sus habitantes

En una zona como la que integran las ciudades de Guayaquil, Durán y Samborondón, donde los ríos juegan un papel central en su geografía y cultura, resulta sorprendente que aún no exista un sistema de transporte fluvial integrado. Estos cuerpos de agua, que cruzan y conectan a las tres ciudades, ofrecen un potencial invaluable para mejorar la conectividad vial, reducir la congestión y brindar una alternativa viable y eficiente al transporte terrestre. La ausencia de este servicio, en medio de crecientes problemas de tráfico y contaminación, deja en evidencia una oportunidad desperdiciada que urge ser reconsiderada.

La solución a esta necesidad podría encontrarse en la creación de una mancomunidad, un organismo intermunicipal que permita la cooperación y coordinación de Guayaquil, Durán y Samborondón para desarrollar un sistema de transporte fluvial efectivo, sostenible y amigable con el medio ambiente. Este proyecto no solo debería estar enfocado en facilitar el traslado de personas y bienes, sino en hacerlo de manera económica y ecológica.

La construcción de un sistema de este tipo implicaría una visión de futuro y un compromiso conjunto, lo que requeriría tanto voluntad política como inversión inicial.