Editorial | Unión para combatir a El Tren de Aragua
Solo a través de una estrategia coordinada y multifacética, Latinoamérica podrá aspirar a un futuro más seguro y próspero
Ecuador y todos los países afectados por la multinacional del crimen, El tren de Aragua, deben unirse y comprometerse para combatirla con todas las herramientas políticas y de seguridad de que las que disponen sus estados para erradicar a este flagelo regional que frena el desarrollo y aumenta los cinturones de miseria en Latinoamérica.
La cooperación multinacional y la implementación de estrategias integrales son esenciales, pero tampoco será suficiente en el concierto latinoamericano sin el firme compromiso de Venezuela, que debe dejar de exportar delincuencia organizada, esa que hoy, según informes internacionales, opera coludida con bandas criminales de Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Brasil, Costa Rica y Ecuador, para sembrar el terror en una región que está clamando por paz.
La lucha contra el Tren de Aragua y otras organizaciones criminales no es solo una cuestión de seguridad, sino también de justicia y desarrollo social. Los países afectados deben fortalecer sus instituciones, mejorar la cooperación internacional y desarrollar políticas públicas que aborden las raíces del problema, como la desigualdad y la falta de oportunidades. Es momento de actuar con determinación y solidaridad para garantizar la paz y el bienestar de nuestra región.