Editorial: Es urgente vender el Banco del Pacífico
Su correcta administración, por ser un banco privado con accionista público, concierne a todos los contribuyentes
Sobre el Banco del Pacífico suenan historias que podrían afectar su valoración al momento de concretar su tan dilatada venta. Su correcta administración, por ser un banco privado con accionista público, concierne a todos los contribuyentes ecuatorianos.
Se han sembrado sospechas de un posible boicot por parte de instituciones financieras para afectarlo; y uno de sus abogados principales ha hecho declaraciones que llevarían a cuestionar la transparencia de su gestión. Ante ello, corresponde a su representante legal despejar dudas sobre posibles arreglos oscuros con abogados que en algún momento prestaron sus servicios a la entidad; y que se investigue cualquier intento por sabotearla. Asimismo, por ser uno de los mayores bancos del país, constituye un apetitoso bocado para quienes ocupen las funciones más altas del Estado, ya sea para disponer de sus fondos o para beneficiar a socios y amigos.
En consecuencia, para que el banco no se convierta en botín político de ningún régimen; para que no corra el destino de otras instituciones del Estado donde los únicos beneficiados terminan siendo sindicatos con privilegios que no se compadecen con la realidad de los trabajadores ecuatorianos; y para que no se deteriore su aún buena valoración, urge que se concrete su venta, sin que medien cálculos políticos o intereses financieros.