Editorial | Vergüenza y repudio
Si los corruptos siempre fueron ellos, ¿por qué no hicieron nada contra esos corruptos cuando ostentaban el poder?
No hay otra manera de calificarlo: vergonzoso y repudiable. La escena protagonizada por los principales detractores de la fiscal general es un burdo intento de desprestigiar las investigaciones que a ellos los desprestigian. Todo a puertas de un sospechoso juicio político en contra de la titular del Ministerio Público, el cual tratan de encajar para que se produzca justo el mismo día que se prevé instalar la audiencia del caso Metástasis. Más dedicado no puede estar.
Si las embajadas no pueden convertirse en refugio de delincuentes, peor la primera Función del Estado. No es labor de los legisladores armar emboscadas, ni lavar la cara de prófugos de la justicia dándoles voz en el seno de la función que representa al pueblo. Si no tienen respeto por las cuatro paredes que momentáneamente los acogen como legisladores, al menos tengan un poco de respeto por lo que esa sede representa: sus votantes.
Si los corruptos siempre fueron ellos, como con tanto afán repiten y repiten, ¿por qué no hicieron nada contra esos corruptos cuando ostentaban el poder? Dejen trabajar a la fiscal en paz. Con defectos y virtudes, es de las pocas personas en el país que cumple su función; ha destapado la olla de grillos de la corrupción. El Ecuador no puede estar sujeto a los intereses de prófugos que le han metido la mano a la justicia.