Que gane la seguridad
La final de la Copa Libertadores pondrá a prueba al tránsito, a la seguridad y a la organización de la ciudad, pues recibirá a miles de aficionados al fútbol y a los equipos que disputan el campeonato’.
Si Guayaquil tuviese que rendir pruebas sobre las materias de planificación y desarrollo urbanístico reprobaría en ambas, con calificación cercana al cero.
Las muestras de desorganización, desatención y mal comportamiento ciudadano durante los conciertos musicales que tuvieron lugar este mes develan la deficiente coordinación entre los actores privados y públicos, incluidos los organismos encargados de brindar transportación y protección a los miles de espectadores, expuestos a la inseguridad y a la improvisación, todo lo cual resulta en desmedro de la ciudad y su reputación.
Asimismo, el recurrente caos vehicular, que resalta la permanente carencia de desahogos viales, crece a niveles intolerables cuando se llevan a cabo eventos, sin que exista la debida intervención de la Agencia de Tránsito Municipal.
Es mandatorio que la ausencia de protección policial y de agentes reguladores del tráfico que se evidenció en los pasados eventos no se observe en la final de la Copa Libertadores que se jugará el sábado en el estadio Monumental. Lo que está en juego no solo es el título de campeón que disputan dos equipos brasileños, sino la imagen internacional de la capital económica del Ecuador. Miles de visitantes, sumados a los locales, esperan que gane la seguridad.