Quito y la amenaza del animalismo radical

Podría poner en riesgo a una parte del sector productivo de Quito y a la seguridad alimentaria de decenas de miles de familias humildes.

Una ordenanza para dizque proteger a los animales, que fue aprobada durante una de las administraciones anteriores al calor de un animalismo radical, podría poner en riesgo a una parte del sector productivo de Quito y a la seguridad alimentaria de decenas de miles de familias humildes. De acuerdo con esa norma, no se podrá producir a escala comercial pollos u otros animales como cerdos y vacas, así como tampoco la crianza en patios de cuyes o gallinas para la alimentación de los más humildes. Se prohíbe, por ejemplo, tener gallinas si no es en campo abierto, lo que dispararía el precio del huevo, elemento clave para la alimentación de la población más pobre.

La ordenanza, que podría entrar en vigor en cualquier momento, prohíbe asimismo que se tenga animales de trabajo en el distrito metropolitano, como burros o caballos, que se usan para carga y transporte, o de perros adiestrados para el control de narcóticos.

Es de esperar que el actual Concejo, mucho menos ideologizado que aquel que aprobó la ordenanza, se siente a conversar con los gremios que producen animales para el consumo humano y con expertos en el tema para encontrar una solución. Es clave que se haga una nueva categorización de los animales para no caer en un radicalismo que lo único que hará es aumentar la desnutrición en las zonas marginales.