Los tontos somos nosotros
¿Resolvemos el problema? Para nada: lo postergamos. Y las deudas que se alargan solo se agravan...’.
Les tengo dos noticias y ambas son malas: la primera es que el Gobierno está convencido de que somos tontos; la segunda es que tiene razón.
En tiempos en que nos volvemos locos por gastar cristiana y navideñamente, el régimen acaba de mostrar por qué es nuestro fiel espejo. Primer ejemplo: emitió esta semana casi 2.000 millones de dólares más en deuda interna. Como no tiene para pagar, emite más deuda y renueva la anterior a mayor plazo. Que pague el que viene.
Para justificar la insensatez, los burócratas de Finanzas usaron terminología de economistas que oculta la simple verdad: seguimos gastando más de lo que producimos, seguimos pagando deuda con más deuda y seguimos sin resolver lo vital: el déficit presupuestario. Al Gobierno le cuesta llamar pan al pan, y por eso no reconocerá que acaba de abrir un hueco para medio tapar otro. Como cuando usted o yo conseguimos un préstamo para mal pagar uno anterior. Y así vamos por la vida, de tapar huecos y abrir boquerones.
¿Resolvemos el problema? Para nada: lo postergamos. Las deudas que se alargan solo se agravan. Así pasa con el Estado, por mucho que los expertos en eufemismos quieran convencernos de lo contrario. Siempre es así. Para ellos nunca hay un recorte de los derechos laborales: hay una “flexibilización laboral”. No reconocen una recesión: la llaman “crecimiento negativo”. Son los mismos que cuando corrieron a salvar a los bancos, es decir a los banqueros, nos dijeron que estaban “saneando las cuentas” de la economía, cuando lo que hicieron es blindar a esos sinvergüenzas.
Son los mismos que nos piden austeridad, pero acaban de pedir US$ 20 millones más que el año anterior solo para gastarlos en la engordada estructura de la Presidencia de la República. O sea, del despacho presidencial. Que antes, y solo les doy un ejemplo, tenía 5 subsecretarías ¡y ahora tiene 17!
Y después decimos que los del Gobierno son tontos. ¿Ellos? No. Los tontos con vista al mar somos nosotros. Que ni nos damos por enterados de los sablazos, mientras dejamos el alma en el Viernes Negro y contamos los días para volverla a entregar en los ‘malls’ antes del próximo 24.