La 'cacería' del huevo, un juego tradicional en el cantón Salcedo
El juego consiste en romper el huevo con una flecha a una distancia de diez metros
Durante las festividades en la comunidad de San Francisco de Ulivi, del cantón Salcedo, provincia de Cotopaxi, tienen una tradición de más de tres décadas que revive con fuerza, donde los juegos tradicionales se convierten en el eje de la celebración.
Lourdes Fonseca, residente de esta localidad, recuerda como desde hace 35 años el barrio mantiene vivas las costumbres ancestrales. "Nuestro objetivo ha sido rescatar la cultura y la tradición". La comunidad ha incluido en sus festividades eventos como la cacería del huevo, el palo encebado, las ollas encantadas, entre otros.
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Nelson Fonseca, presidente de la comunidad explica que los juegos tradicionales que son organizados son la 'cacería' del huevo como una actividad única de la localidad. La cacería del huevo es un juego en que los participantes intentan romper un huevo colocado a una distancia de 10 metros utilizando una catapulta (resortera o llamada flecha). Quien logra romper el huevo se lleva un gallo como premio. Esta actividad, asegura don Nelson, ha mantenido su vigencia por más de 34 años, y cada vez cuenta con decenas de participantes.
Este juego es una manera de ofrecer a las generaciones más jóvenes alternativas de diversión distintas a las redes sociales y al internet, que dominan gran parte del tiempo libre de los jóvenes en la actualidad. Los juegos, heredados de los mayores, han sido una enseñanza valiosa para la comunidad, involucrando a niños, jóvenes y adolescentes, no solo de Ulivi, sino también de parroquias cercanas como Panzaleo y el cantón Salcedo.
La festividad atrae a personas de diferentes partes del país, incluyendo turistas de Quito y Ambato. La acogida, tanto por parte de los visitantes como de los locales, siempre ha sido cálida. Fonseca destacó la hospitalidad de los residentes, quienes reciben a propios y extraños con los brazos abiertos.
Jairo Espín, integrante de la comunidad participó en la cacería del huevo dijo que por lo menos unos 50 a 60 personas participan, pero es la puntería la que define a la persona ganadora.
Indica que ha habido ocasiones en las cuales la primera persona inscrita es la que se rompe y se acaba el juego. En otras ocasiones pasan cuatro rondas y no le rompen todavía. Entonces es la parte de la tradición donde prácticamente la gente llega a competir en este evento.
Espín además participa en el concurso del palo encebado, aquí describe su experiencia reconociendo la dificultad del desafío, comparte como cada intento era un aprendizaje. “Es como un obstáculo en la vida”, expresa. La tarea de escalar el palo resbaloso con aceite no es sencilla, pero el esfuerzo forma parte de la enseñanza de esta actividad.
Expresa que los juegos tradicionales no solo son entretenimiento, sino una forma de fortalecer el vínculo entre las distintas generaciones. “Desde que fundamos la comunidad de San Francisco de Uliví, hemos tratado de incorporar a niños, jóvenes y adultos en estas actividades”, manifestó.
La festividad en honor a San Francisco de Asís es un espacio para que la comunidad se reúna y participe en juegos que antaño eran parte del cotidiano.
La comunidad también ha diversificado sus actividades con la inclusión de eventos deportivos como carreras atléticas, que llevan tres ediciones. Estas carreras han sido bien recibidas, ya que promueven el ejercicio físico y fomentan hábitos saludables entre los participantes.
Patricio Chiliquinga, dice con nostalgia como estas actividades conectan a los actuales participantes con su infancia. “Me recuerda a mi niñez, cuando cazábamos con las catapultas entre amigos”, comentó.
Chiliquinga destaca la importancia de mantener vivas estas tradiciones para las futuras generaciones. En su opinión, estos juegos son una forma de preservar la esencia del campo y las costumbres, algo que las nuevas generaciones deben aprender y valorar, en lugar de centrarse únicamente en el entretenimiento digital.
Las festividades de San Francisco de Uliví mantiene vivas sus tradiciones a lo largo del tiempo. Los juegos tradicionales no solo son una forma de entretenimiento, sino también un símbolo de identidad cultural y de unión entre las diferentes generaciones que participan año tras año.
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