La casa de Papá Noel, una alegría para los niños en Latacunga
Tiene decoración al estilo New York con alrededor de 120 globos y luces de diferentes tamaños
Cada noche de diciembre, una casa ubicada en la ciudadela El Loreto, al sur de Latacunga, cobra vida con luces, globos y una magia especial que trasciende la decoración navideña. Es la Casa de Papá Noel, un rincón que no solo celebra la Navidad, sino que también acoge el calor de la solidaridad y el reencuentro familiar.
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Leer másAntonio Vaca, el alma detrás de este proyecto, recordó que el proyecto inició en el año 2005, ese año regresaba de Nueva York con las maletas cargadas de adornos navideños. "No me alcanzó para traer regalos a mi familia por el peso, pero pensé que unas luces y globos podrían unirnos de otra manera", confesó con una sonrisa. Cuando llegó a casa, su familia lo miró con curiosidad. “¿Qué trajiste?”, le preguntaron. Entonces, Antonio compartió su idea: decorar juntos el exterior de la casa y el árbol natural que había planteado años atrás.
Mientras colocaban los adornos, Antonio revivió una memoria imborrable: su primera nevada en Nueva York en 1994. “Estaba lejos de mi familia, trabajando duro por ellos, pero esa nevada me hizo sentir algo especial. Era como si la Navidad me estuviera abrazando”, recuerda con la voz entrecortada.
Ese año, los autos que pasaban por su casa se detenían y los niños sonreían al ver las luces. “Eso era lo que necesitaba: esas sonrisas eran el regalo más grande”, dice Antonio, quien comenzó a descubrir que la Navidad no se trata de cosas materiales, sino de crear momentos que tocan el corazón.
La casa se ilumina desde principios de diciembre hasta el 6 de enero, cuando culmina con una emotiva celebración por el Día de Reyes. Este día tiene un significado especial para Antonio, quien recordó haberlo vivido en Nueva York junto a colegas de distintas nacionalidades. “Ese día, entendí que la familia no es solo de sangre. Familia es el mundo entero cuando compartes con amor”, reflexionó.
En Nueva York Antonio tiene un mercado solidario que nació en el año 2020, en medio de la pandemia de COVID-19. Allí, organizó refrigeradores comunitarios donde las personas podían dejar lo que no necesitaban y llevar lo que sí. Lo que empezó como una iniciativa modesta hoy alimenta a más de 1.500 familias diariamente, un alivio crucial para muchos migrantes.
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El mercado solidario continúa hasta la actualidad y lo que más llama la atención es que en el lugar se pone música ecuatoriana lo que alegra a todos los migrantes de todas las nacionalidades que llegan a proveerse de alimentos de forma gratuita.
La Casa de Papá Noel no es solo una casa decorada. Es un recordatorio de que, a veces, las cosas más simples —una luz, un villancico, una sonrisa— pueden transformar vidas. Antonio Vaca lo sabe bien. “Este proyecto me dio más de lo que jamás imaginé. Me dio una comunidad, un propósito y la certeza de que cuando compartimos, hacemos del mundo un lugar mejor”, concluyó.
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