Champú y casabe: las delicias ancestrales de Esmeraldas
Se la reconoce en América Latina por su sabor y preparación. El maíz, la yuca y el coco son los protagonistas
En las tierras de Esmeraldas, donde la brisa marina se mezcla con los aromas de la selva, se encuentran dos tesoros culinarios ancestrales: el champú y el casabe. Estas delicias, transmitidas de generación en generación, son mucho más que simples alimentos; son un vínculo con el pasado y una celebración de la tradición.
Quienes disfrutan del champú, a menudo saben que esta bebida es refrescante cuando está helada, especialmente en un día soleado. Sin embargo, también se puede disfrutar caliente y acompañada de pan o galletas.
(Lea también: Los Kayambis conservan su identidad en el vestir )
Por otro lado, el casabe, con su presentación en tarrina, evoca un manjar hecho de coco y es adquirido por aquellos que transitan por la av. Bolívar y la calle 10 de Agosto, en el centro de la ciudad de Esmeraldas. “Cada vez que paso por el centro, tengo que refrescar con un buen vaso de champú y me voy llevando a casa mi tarrinita de casabe”, asegura Irma Castellano, fanática de estos postres esmeraldeños.
El champú es una bebida elaborada a base de maíz. Su sabor característico proviene de un proceso de fermentación que transforma los granos en una mezcla dulce y ligeramente ácida. Pero antes de llegar a esa etapa, hay un viaje culinario que se inicia con el maíz en remojo.
Antiguamente, moler un quintal de maíz a mano era una tarea que tomaba todo un día. Hoy, gracias al molino eléctrico, la familia Cevallos Ordóñez puede producir champú de lunes a viernes de manera más eficiente. Carlos Cevallos, con más de 30 años de experiencia, recuerda cómo sus abuelos les transmitieron este legado. “Nuestros ancestros sobrevivían comiendo yuca y maíz”, dice con orgullo. Después de pelar, lavar y cocinar el maíz, se obtiene una leche espesa.
(Además: Cabo San Francisco: un año aislado tras el colapso de un puente )
Esta leche es fundamental para la preparación del champú. En una olla grande, se combinan ingredientes como agua, anís estrellado, clavo de olor, hoja de naranja, panela y canela. La leche de maíz se añade, y el proceso comienza.
Carlos nos cuenta que la clave está en la paciencia. Mientras la mezcla hierve, adquiere su color característico y empieza a formar burbujas en la olla. Es entonces cuando sabes que el champú está listo para deleitar los paladares. El casabe, por otro lado, es una especie de manjar sólido. Se elabora a partir de yuca y coco rallado. Aquí también se requiere destreza y dedicación.
La yuca se pela, lava y ralla finamente. Luego, se prensa para extraer el líquido. La masa resultante se coloca en una plancha caliente, donde se cocina hasta que se convierte en un disco crujiente y dorado: el casabe.
(Te invitamos a leer: Tres personas se encuentran desaparecidas en el Parque Nacional Cayambe-Coca
Carlos y su familia no solo producen casabe, sino que también lo venden. Sus hermanas se encargan de la preparación, mientras los hombres recorren las calles en un triciclo, ofreciendo estas delicias en bandejas. El casabe, presentado en porciones generosas, es un bocado que recuerda la historia y la tierra de Esmeraldas.
El maíz en remojo es la clave para que la bebida típica de Esmeraldas tenga ese sabor característico fermentado. Sin embargo, antes el maíz debe ser pelado, lavado y cocinado. Así, entre el aroma del champú recién hecho y el crujir del casabe, la familia Cevallos Ordóñez mantiene viva una tradición que conecta el pasado con el presente.
(También: Mujeres rurales rescatan recetas milenarias, en el Egipto de la comida rápida )
Y cuando los clientes se acercan al triciclo, no solo compran alimentos, sino también un pedacito de historia y amor por la cultura ancestral. El precio: 50 centavos por un vaso de champú o una tarrina de casabe. Una verdadera joya culinaria que sigue encantando los corazones y los paladares.
UN POSTRE DE AMÉRICA LATINA
En las regiones del suroccidente de Colombia, el norte de Ecuador y el Perú, el champú es una bebida o postre que deleita a los paladares locales. Su receta básica incluye ingredientes como miel de panela (melao) o chancaca, maíz y una variedad de frutas como el lulo, la naranjilla, la piña, el membrillo o la guanábana. Para darle ese toque especial, se condimenta con canela, clavo de olor y hojitas de naranjo agrio. La aceptación aumenta con el tiempo y en ventas son lo más pedido
¿Quieres leer contenido de calidad sin restricciones? ¡SUSCRÍBETE A EXPRESO!
