Chontaduro, un manjar del mundo afro
El árbol de este fruto que crece hasta 20 metros de alto. En Esmeraldas queda poca producción, pero sus locales lo piden
Conocido como el fruto del amor en la cultura afroecuatoriana, el chontaduro ha sido por siglos uno de los manjares naturales más apetecidos por las familias del norte de Esmeraldas, donde esta delicia crecía por doquier en esas tierras húmedas tropicales.
Hoy en día, el árbol de chontaduro, del que además del fruto, se aprovecha su madera y el cogollo tierno de donde se extrae el palmito que va a los supermercados, crece más en la Amazonía, pero a nivel nacional, así como en Esmeraldas, está en peligro de extinción.
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Sin embargo, la cultura afro que creció saboreando chontaduros, se resiste a excluirlo de su dieta. “Yo vendo cada chontaduro a 10 centavos. Son chontaduros grandes que nos traen desde la Amazonía. Hoy en día es difícil encontrar, pero antes era normal que todas las casas tengan su ‘palo’ (árbol) de chontaduro en su huerto”, cuenta Danilo Rodríguez, quien vende este manjar en una esquina del cantón San Lorenzo, en la provincia de Esmeraldas.
Además de su sabor, hay una creencia entre la cultura afroesmeraldeña que hace especial a este fruto: despierta el apetito sexual al ser consumido. Una idea que en épocas de antaño provocaba que la gente, sobre todo los hombres, consumieran esta fruta con mucho antojo.
“Las personas más viejas solían decir que el chontaduro ayudaba como medicina para las relaciones sexuales y a recuperar a la pareja”, cuenta entre risas Rosa Quiñónez, quien compra un manojo de 15 chontaduros en la tienda de Danilo.
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Su sabor, que los esmeraldeños mezclan generalmente con azúcar, está al alcance de todos y en la memoria de los más viejos. “El chontaduro era lo más fácil de encontrar. Había por todos lados. Ahora en Esmeraldas hay muy poco y por eso a San Lorenzo, por ejemplo, que a la gente le gusta mucho, ahora lo traen desde el Oriente, porque la gente lo pide mucho”, comenta Gloria Valencia
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