Claman por seguridad en Salcedo tras la muerte de Hernán Tercero
Cotopaxi vivió el doloroso asesinato de un bombero querido por la comunidad. Su muerte generó una marcha exigiendo justicia
El cantón Salcedo, en la provincia de Cotopaxi, vivió una jornada de profunda consternación el 1 de enero, cuando se conoció la trágica noticia de la muerte de Hernán Tercero, un bombero muy querido en la comunidad. Tercero, quien perdió la vida debido a una puñalada recibida en la madrugada de ese mismo día, fue víctima de un ataque violento ocurrido en la plaza Eloy Alfaro. El presunto autor del asesinato, identificado como un ciudadano extranjero, fue retenido por los habitantes del cantón y trasladado hasta la casa campesina de Salcedo, donde permaneció hasta el mediodía del 2 de enero. Luego, fue entregado a las autoridades tras una marcha que recorrió las principales calles del cantón.
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Leer másEl asesinato de Hernán Tercero ha generado un profundo dolor en la comunidad, pero también ha desatado una serie de demandas de justicia y seguridad. En la marcha, los participantes exigieron que se imponga la máxima pena al responsable y solicitaron una mayor presencia de la Policía Nacional en el cantón, ante el aumento de los hechos delictivos.
Un clamor por la seguridad
Víctor Hugo Tercero, presidente de la Federación de Comunidades y Organizaciones de Salcedo (FECOS), destacó la creciente preocupación de la ciudadanía por la falta de seguridad. Según informó, el pasado lunes, la comunidad acudió a la Unidad de Policía Comunitaria en busca de apoyo, pero no encontraron a ningún agente en el lugar. “Nos sentimos indefensos”, dijo Tercero, quien también señaló que la situación en la plaza Eloy Alfaro es particularmente grave. Según los residentes, la delincuencia ha aumentado considerablemente, especialmente durante la noche, cuando la plaza se convierte en un lugar de alto riesgo.
Lucía Naranjo, vicealcaldesa de Salcedo y presidenta de la comisión de seguridad del cantón, confirmó que la plaza Eloy Alfaro es uno de los puntos críticos de la ciudad. Naranjo explicó que se han realizado esfuerzos conjuntos con la Policía Nacional para frenar los delitos en esa zona, pero admitió que el número de oficiales es insuficiente. En este sentido, anunció que en los próximos días se reunirán con las autoridades pertinentes para buscar soluciones y mejorar la seguridad en el cantón.
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Leer másLa marcha por justicia
La indignación tras el asesinato de Hernán Tercero motivó una movilización encabezada por los dirigentes de las comunidades de Salcedo. La marcha, que recorrió las principales avenidas del cantón hasta llegar a la plaza Eloy Alfaro, fue organizada por la FECOS y la comunidad de Cumbijín, de donde era originario el bombero fallecido.
Durante la protesta, Víctor Hugo Tercero dejó en claro que los miembros de la comunidad tenían tres principales demandas: “No trabajo a ciudadanos extranjeros, cero extranjeros en todo el cantón, y respeto a la justicia indígena”. Estos puntos fueron presentados como un reflejo del dolor y la frustración de la comunidad tras la muerte de un ser querido, al que todos conocían y respetaban por su vocación y dedicación al servicio.
El recuerdo de un hombre ejemplar
La noticia de la muerte de Hernán Tercero caló hondo en sus seres queridos y en la comunidad de Salcedo. Keli Acero, cuñada de Hernán, recordó al bombero como una persona sociable, alegre y siempre dispuesta a unir a su familia. “Siempre unió a la familia, nunca fue de separarnos”, recordó Keli, con lágrimas en los ojos. Ella destacó que, además de ser un excelente profesional, Hernán fue un ejemplo para sus hijos, quienes quedaron huérfanos a tan temprana edad. “Ellos necesitan a un padre para guiar sus vidas”, lamentó Keli.
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Leer másHernán Tercero había dedicado su vida a ser bombero, un trabajo que desempeñaba con vocación y amor. A lo largo de su carrera, fue reconocido por su valentía y disposición para ayudar a la comunidad en situaciones de emergencia. “Era una persona con una gran vocación. Siempre le había gustado ser uniformado”, comentó Keli, destacando su pasión por el servicio público.
La familia de Hernán recibió la noticia de su muerte con incredulidad. Keli recordó cómo, al enterarse del ataque, se desplazaron rápidamente al hospital General de Latacunga, donde, horas más tarde, confirmaron la muerte de Hernán. “Fue como una pesadilla, no lo podíamos creer”, dijo Keli, visiblemente afectada por la pérdida. La familia, profundamente consternada, reflexionó sobre la fragilidad de la vida. “Nosotros no tenemos la vida comprada”, concluyó Keli, resignada ante la partida de un ser querido.
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