Fe y tradición en Chimborazo: El arte de vestir al Niño Jesús

Durante el mes de diciembre, la tradición, cultura y devoción se sienten en cada rincón de la provincia de Chimborazo. 

Durante todos estos días hasta las fiestas de carnaval, las calles se llenan de una gran cantidad de Pases del Niño (registros de años anteriores datan más de 1,000, antes de la pandemia), una tradición declarada Patrimonio Inmaterial, que tiene una convocatoria masiva debido a la alegría de su gente, pero, sobre todo, a la fe cristiana y las costumbres católicas. 

Sin embargo, además de mostrar el sincretismo de creencias, alrededor de esta costumbre que data de 1797, giran diversos rituales y actividades, como la de artesanos que con su arte contribuyen a la riqueza cultural de este patrimonio.

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Una de estas actividades es la vestimenta del personaje central, el Niño Jesús. Las advocaciones son tan diversas como emblemáticas, y cuentan con miles de devotos.

ARTESANOS CONTRIBUYEN CON LA TRADICIÓN

 Sus fiestas pueden durar más de una semana, como es el caso del Rey de Reyes, o ser de carácter familiar, algunas heredadas de generación en generación por décadas, como el Niño Manuelito, el Niño Odontólogo, el Niño Chimborazo, el Niño Pucaicha, el Niño Cubanito, entre otros. 

Los priostes o dueños de la imagen preparan una vestimenta especial para la culminación, que es la misa de fiesta y el tradicional pase.

Entre una infinidad de guipiur, cintas, telas e hilos de colores, Luz Mejía Miranda, reconocida artesana de Riobamba, confecciona un pequeño traje de torero para un Niño Jesús de la asociación.

 “Este traje lo quieren para su fiesta, tengo que hacer la chaquetilla y la taleguilla, va completamente con el traje de torero”, explica.

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