Una fundación protege la biodiversidad en el corredor Llangantes-Sangay
Fundación Ecominga avanza en descubrir nuevas especies
En el corredor Llanganates-Sangay, un punto clave para la biodiversidad de Ecuador, la Fundación Ecominga trabaja para conservar especies y ecosistemas únicos. La reciente colaboración en el descubrimiento de Atelopus colomai, una rana en peligro crítico encontrada cerca de Puyo, y el crecimiento de sus áreas protegidas destacan su papel clave en la conservación, según Francisco Robayo, presidente de la Fundación Ecominga.
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Leer másLa Fundación Ecominga, una organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro, lidera esfuerzos fundamentales para preservar la biodiversidad en 12 mil hectáreas distribuidas en 15 reservas naturales del país, de las cuales 13 están en Baños de Agua Santa (Tungurahua) y Mera (Pastaza).
Este trabajo se ha fortalecido desde 2006, año en que obtuvo su personería jurídica. En 2024, su impacto se ha consolidado con hitos como la ampliación de la Reserva Zúñag y el descubrimiento de especies únicas y exóticas como las ranas Pristimantis normaewingae y Centrolene elisae.
Especies en riesgo
La conexión ecológica entre los parques nacionales Llanganates y Sangay es vital para las especies en riesgo y para el equilibrio de estos ecosistemas, destacó Francisco Robayo. Desde este corredor, Ecominga ha impulsado investigaciones científicas y proyectos con comunidades locales. Robayo enfatizó que “aunque este año las investigaciones propias han sido limitadas, apoyamos estudios que amplían el conocimiento sobre la biodiversidad global”.
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Leer másEl descubrimiento de Atelopus colomai evidencia la fragilidad de los ecosistemas húmedos. Esta rana enfrenta amenazas como la quitridiomicosis y la pérdida de hábitat. Los hallazgos impulsados por Ecominga no solo generan datos científicos clave, sino que también refuerzan la urgencia de proteger estos entornos, mencionó Marcelo Acosta, representante del corredor Geoparque Tungurahua.
La Fundación Ecominga combina esfuerzos científicos con alianzas locales. Terrenos donados por visionarios como Adela Espinoza y Antonio Páez, donde funciona la Reserva de las Ranas de Cristal, han sido clave para sus proyectos.
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