Sombrero de paja toquilla como Patrimonio de la Humanidad: así celebran 12 años
Las mujeres de diversas comunidades mantienen vivo este arte
La provincia de Santa Elena conmemora la grandeza del tejido tradicional del sombrero de paja toquilla, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco hace 12 años.
En varias comunidades de la provincia, la elaboración del sombrero de paja toquilla se ha convertido en una fuente vital de ingresos para muchas mujeres. En este contexto, las autoridades locales organizaron una serie de eventos para reafirmar la vigencia y el valor universal de esta joya cultural.
El 5 de diciembre, el histórico Museo Amantes de Sumpa fue escenario de un encuentro cultural sin precedentes. Mujeres artesanas, guardianas de este arte milenario, compartieron su conocimiento en talleres de tejido, charlas interactivas y demostraciones audiovisuales.
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Herlinda González, comunera de Dos Mangas, explicó algunos de los secretos del proceso de elaboración de los sombreros. Fue una oportunidad única para que los asistentes se conectaran con el alma de esta tradición y comprendieran su impacto en la identidad nacional.
“Este arte lo heredé de mis antepasados, lo practico desde niña. Quiero dejar este legado a las futuras generaciones”, expresó González, cuyas palabras fueron ampliamente aplaudidas por los asistentes.
Festival toquillero en Barcelona
El homenaje al sombrero de paja toquilla continuará este sábado 7 de diciembre en la comuna de Barcelona, conocida como la capital toquillera de la península. Allí se celebrará el esperado Festival Toquillero.
Este vibrante evento será una muestra de arte, cultura, música y tradición, con una exposición de artesanías elaboradas en paja toquilla, acompañada de presentaciones culturales que celebran la riqueza y diversidad de la región.
Los eventos no solo rinden homenaje a las manos que mantienen viva esta tradición, sino que también buscan impulsar un diálogo intercultural que resalte la importancia del patrimonio inmaterial como motor de orgullo y desarrollo comunitario.
“Santa Elena es, sin duda, el epicentro de una celebración que une tradición y futuro, consolidando al arte toquillero como un símbolo inmortal de la creatividad”, señaló Luis Valarezo, guayaquileño, durante su intervención.
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