Los informales se toman el espacio destinado al peatón en Babahoyo
Las aceras de varias calles están llenas de ambulantes. El Cabildo asegura que controla y que hay resultados
Un letrero o una mesa con sillas son algunos de los obstáculos que a menudo se encuentran sobre la vereda y que obligan a los transeúntes a descender hacia la calzada para continuar su trayecto por el casco comercial de Babahoyo, en Los Ríos. Estos bloqueos del espacio público son un problema que le ha costado batallar al Cabildo para conseguir la libre circulación por las veredas en los exteriores de los locales comerciales, principalmente en el centro.
Los operativos empezaron en las calles Calderón y 27 de Mayo, desde la avenida 10 de Agosto hasta la calle Vargas Machuca. Allí, los establecimientos comerciales y la presencia de los comerciantes ambulantes generan desorden durante el fin de semana, por lo que las autoridades han duplicado los controles en territorio.
Virginia Vergara Mora, oriunda de la parroquia Pimocha (Babahoyo), cada sábado viaja a comprar legumbres para la semana y el panorama es el mismo. “A veces no hay dónde parquear porque los triciclos también son un obstáculo”, denunció.
El desorden que frena la movilidad
Flavio Lizardo, comerciante de aguacates, detuvo su triciclo en los exteriores de un local de venta de legumbres, pero él sabía que debía seguir circulando antes de recibir el llamado de atención de los policías municipales que patrullaban la zona. El hombre de 72 años declaró que los funcionarios son respetuosos al pedirle que siga circulando y por ello, aseguró nunca haber tenido problemas por la labor que realiza. “Hay que colaborar hasta para que nos dejen seguir trabajando”, sostuvo.
A lo largo de la calle García Moreno, desde la Calderón hasta la Juan Montalvo, las veredas están despejadas y el comercio ordenado de martes a jueves. Lo intenso comienza el viernes, sábado, domingo y hasta el lunes, según comentó el comerciante Fernando Zurita.
A decir de Zurita, las ventas han disminuido considerablemente, pero aún así se registra movimiento comercial el fin de semana. “A veces vienen a hacer operativos para que retiremos los mostradores, pero en algunos casos vuelven a sacarlos. Falta sanciones para que ahí se cumpla lo que dice la ordenanza”, añadió.
En este tema el jefe municipal de Vía Pública, Fernando Villacrés, indicó que han sido flexibles con el permiso para que puedan utilizar el espacio del subportal hacia adentro. “Ya lo que nos corresponde a nosotros es la vereda y la acera, donde también hemos hecho llamados de atención porque la usaban para exhibición de artículos”, informó.
Villacrés indicó que poner orden les ha costado incluso amenazas, pero mencionó que van a continuar los controles.
El Municipio ya inicio tareas para disminuir el desorden en las calles
El funcionario es consciente de que no es una tarea fácil, pero han conseguido alternativas para lidiar con tantos años en desorden. Una de ellas fue trasladar a los comerciales de pescados hacia la calle Vargas Machuca.
La segunda fue censar a los comerciantes de triciclos que están en la vía pública, frente al área de Emergencia del hospital Martín Icaza. En sus registros hay 10 emprendedores y ese es el número permitido a permanecer ahí hasta buscarles otro sitio donde puedan instalarse. “Ellos tenían la promesa de ser ubicados en el malecón nuevo, pero no se concretó en la anterior administración”, mencionó.
El funcionario explicó que haciendo un balance del trabajo realizado, existe un 70 % de vías ordenadas en el cantón. La ciudadanía tiene dudas de que esa cifra sea real. “No hay por dónde caminar, en casi toda la ciudad tenemos problemas para circular”, señaló Madison Gándara, ciudadana.
Frente a ellos los habitantes exigen incrementar los operativos. Alegan que no tienen sitios por donde desplazarse. Las personas con movilidad reducida, que usan andador o sillas de ruedas, así como madres que circulan empujando en coches a sus niños y los peatones en sí, se ven obligados a compartir el asfalto con los vehículos.
“La situación es compleja y molestosa. La gente lamentablemente se ha acostumbrado a vivir así, en desorden, pero no está bien. Por eso uno habla de Babahoyo y a la mente lo que se le viene a cualquiera es desorden. Eso debe ya acabar, necesitamos crecer como ciudad y para eso urge tener el espacio público libre, para la gente; para que transite seguro sin miedo a que te aplasten y sin ruido. Hay mucho caos”, sentenció Laura Morán, habitante.
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