Madre denuncia mala práctica médica tras muerte de su hija
La menor fue sometida a una cirugía para extirpar el lipoma. Su muerte se dio en condiciones extrañas
El El 6 de junio de 2023, lo que debía ser un día lleno de alegría se transformó en uno de dolor profundo e interminable para la familia Mora López, de Esmeraldas. Analía, la hija de 14 años, falleció en el Hospital Pediátrico Baca Ortiz de Quito. Su madre, Ana Karen López, busca justicia por la muerte de su hija, que según sospecha, fue producto de una presunta negligencia médica.
Aquel día, que también se acercaba el cumpleaños número 15 de Analía, Ana Karen había prometido organizarle la fiesta de sus sueños. "Ella soñaba con su fiesta de quince años, así que comenzamos a planearlo todo. Cotizamos, buscamos el lugar, incluso un coreógrafo. Ya todo estaba listo", recuerda con tristeza Ana, mientras revive esos momentos.
Consultas y diagnósticos
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Sin embargo, la joven se sentía incómoda por un bulto en su abdomen. Aunque el diagnóstico indicaba que se trataba de un lipoma (una masa benigna sin mayor riesgo), para Analía resultaba un complejo físico. "Ella decía que se sentía deforme y que quería operarse antes de sus 15 años, para lucir bien en su vestido", explica Ana.
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Leer másTras varias consultas y diagnósticos, decidieron que la operación para extirpar el lipoma era lo mejor. El 1 de junio, antes de ingresar al hospital, madre e hija pasaron un día juntas por las calles de Quito. "Estoy segura de que Dios me permitió despedirme de ella de esa manera", dice Ana, con la voz quebrada. Aquella tarde, hicieron compras y Ana durmió con ella, algo que no ocurría desde que Analía tenía 10 años.
El 2 de junio, tras tres meses de espera, Analía ingresó al Baca Ortiz para someterse a la cirugía. "Me dijeron que solo duraría una hora y que en tres días estaría en casa", recuerda Ana, con lágrimas en los ojos. Sin embargo, lo que parecía ser un procedimiento rutinario, pronto se tornó en una pesadilla.
Horas después de la operación, Analía no despertaba. Cuando lo hizo, estaba mareada, con un fuerte dolor de cabeza y vómitos. "La vi vomitar, y me dijeron que era normal. Pero algo no estaba bien", cuenta Ana, ya angustiada. Con el paso de las horas, la preocupación se transformó en desesperación. Al caer la tarde, la situación empeoró. "Me llamaron y me dijeron que mi hija había sufrido un derrame cerebral", recuerda.
El 6 de junio, la tragedia se consumó. Analía falleció. "Me llamaron para que fuera a despedirme. No podía creer lo que estaba pasando", dice Ana, con el corazón destrozado. Cuando entró a la habitación del hospital y vio a su hija conectada a máquinas, abrazó su cuerpo y le susurró: "Te amo, siempre serás mi niña".
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Un proceso judicial que no avanza
Pero Ana no solo llora por su hija. En su dolor, clama por todos los niños que, como Analía, sufren en silencio dentro de un sistema de salud que, según ella, es injusto. "Necesitamos respuestas y justicia", exige con firmeza.
El abogado de la familia, Sebastián Espinosa, ha señalado que el caso sigue estancado. La denuncia original se centra en un presunto homicidio culposo debido a una mala praxis durante la cirugía. La familia asegura que la muerte de Analía ocurrió bajo circunstancias extrañas, ya que los médicos realizaron un segundo procedimiento sin el consentimiento de la madre.
En busca de respuestas, el abogado ha solicitado un cambio de fiscal, pero uno de los puntos más controversiales en esta investigación es la exhumación del cuerpo de Analía para realizar una nueva autopsia. Según Espinosa, el fiscal se ha mostrado reacio a autorizar dicho procedimiento, lo que ha generado aún más incertidumbre y dolor en la familia.
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