
Malimpia: Un viaje hacia las raíces afroecuatorianas
Esta parroquia de Quinindé celebra del 25 al 27 de abril, el festival Malimpia Arte y Cultura. Etnia preserva tradiciones
En el corazón de la parroquia Malimpia en el cantón Quinindé, se respira un aire de tradición y cultura que resuena con los ritmos de la marimba y los arrullos afro. Cada año, la comunidad se reúne para celebrar el festival Malimpia Arte y Cultura, un evento que no solo preserva las tradiciones afroecuatorianas, sino que también revitaliza la identidad cultural de sus habitantes.
La historia de Malimpia se remonta a los siglos XVIII y XIX, cuando un grupo de africanos, escapando de la esclavitud en Colombia, se aventuró por los ríos y selvas de Ecuador. Estos valientes, que buscaban libertad, encontraron en esta región un nuevo hogar, donde comenzaron a establecerse y a formar una comunidad que conservaría su cultura y tradiciones. Según relatos locales, en 1850, tres familias fundaron lo que hoy conocemos como Malimpia, trayendo consigo sus costumbres, su música y su ancestralidad.
Una comunidad que se expandió
Las primeras generaciones se dedicaron a la agricultura y a la pesca, utilizando los recursos del río Esmeraldas para sobrevivir. Con el tiempo, la comunidad se fue expandiendo, y las tradiciones afro se arraigaron profundamente en la vida cotidiana de sus habitantes. La marimba, instrumento emblemático de la cultura afroecuatoriana, se convirtió en el alma de las festividades, mientras que los arrullos, canciones tradicionales, narraban historias de amor, lucha y esperanza.

El festival Malimpia Arte y Cultura nació en 2022, impulsado por un grupo de activistas culturales que buscaban reavivar la identidad afro de la parroquia. Alodia Borja, activista social y una de las fundadoras, relata cómo el evento surgió como una respuesta a la necesidad de mantener vivas las tradiciones ancestrales. “Queríamos que las nuevas generaciones conocieran sus raíces y que la comunidad se uniera en torno a sus costumbres”, explica.
El festival se ha convertido en un punto de encuentro para los habitantes de Malimpia y de otras localidades cercanas. Durante tres días, la parroquia se llena de música, danza y gastronomía, celebrando la riqueza cultural de la comunidad. El primer día se realiza una feria agroproductiva, donde los agricultores locales exhiben sus productos, desde frutas y verduras hasta artesanías. Este espacio no solo promueve la economía local, sino que también fortalece los lazos comunitarios.
Uno de los momentos más esperados del festival es el desfile de la balsa ancestral, que rememora las tradiciones de los primeros pobladores, entre ellos ‘Mamá Paitora’, la mamá de Jaime Hurtado, expolítico nacido en estas tierras. En lugar de las tradicionales balsas de caña guadua, hoy se utilizan canoas a motor, pero el espíritu de la celebración permanece intacto. Mientras la balsa navega por el río, los participantes entonan arrullos, creando un ambiente de alegría y nostalgia.
La marimba, instrumento clave
La marimba, que acompaña cada festividad, es un símbolo de identidad. Los músicos, tanto jóvenes como ancianos, se reúnen para tocar y bailar, transmitiendo su saber a las nuevas generaciones. La música de marimba no solo es un entretenimiento, sino un medio de comunicación que cuenta historias y preserva la memoria colectiva de la comunidad.
Los habitantes de Malimpia son un reflejo de su rica herencia cultural. Con rasgos que evocan sus ancestros africanos, su piel oscura brilla bajo el sol tropical. La calidez se manifiesta en su hospitalidad y en su deseo de compartir su cultura con quienes visitan la parroquia.
Los hombres y mujeres de Malimpia son agricultores, pescadores y artesanos, quienes trabajan arduamente para mantener vivas sus tradiciones.
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