Minihua Huahi, el último chamán waorani que vigila desde la selva
Cuando un líder parte a la eternidad se transforma en un animal y cuida de su etnia
En la cosmovisión del pueblo waorani, cuando un líder espiritual parte de este mundo, su espíritu no desaparece: se transforma en un animal que encarna su esencia y conexión con la naturaleza.
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Leer másMinihua Huani, el último chamán de espíritu libre, ha regresado a la selva en forma de jaguar, un símbolo de poder y protección. Desde las profundidades del Yasuní, su presencia seguirá velando por su pueblo y su selva, ahora como un guardián eterno. El líder del Yasuní partió de este mundo el pasado 12 de octubre.
La nacionalidad waorani, también conocida como huaorani, waodani o simplemente ‘huao’, que significa ‘humanos’, es una de las comunidades indígenas más emblemáticas de la Amazonía ecuatoriana. Su cultura se ha forjado en el profundo conocimiento de la selva, donde han vivido durante cientos de años.
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Los waorani son reconocidos por su destreza en la caza, utilizando lanzas y cerbatanas, y por su vasto entendimiento de las plantas medicinales y la fauna local.
En la actualidad, algunos waorani han optado por asentarse en las ciudades cercanas a la Amazonía, como Puyo, o en áreas cercanas a las carreteras construidas por las empresas petroleras. Sin embargo, una gran parte de la comunidad sigue viviendo en armonía con la selva, manteniendo sus costumbres ancestrales.
Un grupo especialmente destacado son los Tagaeri-Taromenane, quienes han resistido todo tipo de contacto con el mundo exterior, preservando intacta su forma de vida en medio del aislamiento voluntario, lo que los convierte en los últimos guardianes de una cultura en peligro.
Los waorani más tradicionales, aquellos que han sido contactados, pero aún conservan sus prácticas milenarias, habitan en comunidades remotas dentro de la ‘Zona Intangible’del Parque Nacional Yasuní. Esta área, que se extiende por unos 3.000 kilómetros cuadrados, es un refugio de biodiversidad y cultura ancestral.
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Leer másEste pueblo de la Amazonía tiene a un líder que los cuida con su espíritu en la montaña. Minihua Huani era más que un líder para los waorani; representaba la unión profunda entre la espiritualidad y la naturaleza.
A lo largo de sus 75 años de vida, dedicó cada uno de sus días a proteger la Amazonía y a enseñar a su comunidad la importancia de vivir en armonía con la madre tierra. Su vasto conocimiento sobre las plantas medicinales, los espíritus de la selva y los rituales ancestrales lo convertían en un sabio, una verdadera ‘biblioteca viva’ de la selva.
Originario de Bameno, una comunidad waorani en el corazón del Yasuní, Minihua no conocía otra forma de vida que no fuera la de la selva. Fue un hombre que había sido contactado por la sociedad moderna, pero siempre resistió, preservando su independencia y su cultura. El guerrero no hablaba español, pero su sabiduría traspasaba las barreras del idioma.
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Leer másEl fotógrafo Manuel Avilés describe a Minihua Huani como un hombre siempre sonriente, dispuesto a compartir su mundo con aquellos que respetaban su cultura. Era un puente entre el pasado y el presente, entre la tradición y la modernidad”.
Juan Bay, presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador, indica que el legado de Minihua no se limitaba solo a sus conocimientos sobre la selva, sino también a la lucha que lideró contra la explotación petrolera en el Yasuní, uno de los lugares más biodiversos del planeta.
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