Los molinos de agua, todavía conservan su tradición ancestral
Los de Shuyo Chico- Pujilí tienen más de 200 años de historia
En la cordillera de Los Andes se ubica la parroquia Angamarca, cantón Pujilí, allí se ubica la comunidad de Shuyo Chico, lugar que guarda una infraestructura que tiene más de 200 años de historia. Un molino de piedra que es movido por la corriente del río y que en la actualidad sigue siendo un pilar en la producción de harinas naturales, preservando técnicas ancestrales que aportan un sabor único a los granos molidos.
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Leer másCecilia Ortega, habitantes de Chinalo Bajo, recuerda que desde niña acompañaba a sus padres a la molienda en Shuyo Chico, ahora que es madre de familia no ha perdido esta costumbre. “Venimos aquí a moler los granos porque está mejor. Aunque hay otros molinos eléctricos, el molino de piedra tiene un sabor especial”, afirma.
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El proceso de preparación de los granos comienza mucho antes de llegar al molino. Ortega dice que primero se seleccionan y se tuestan los granos de trigo, cebada, alverja, maíz y habas. Luego se eliminan las impurezas a mano antes de llevarlas al molino. “Escogemos las pajitas, tostamos, fregamos a mano los granos antes de traerlos acá”.
Rita Váscones, encargada del molino, dijo que es un legado que ha pasado de generación en generación, en la actualidad está orgullosa de continuar con la tradición. El molino de agua funciona de una manera fascinante y simple. La fuerza del agua mueve la piedra, que a su vez muele los granos.
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Leer másVáscones detalló que el agua mueve la piedra, proceden a entolvar el grano y cae a la piedra. Con el agua se rodea la piedra y comienza la molienda. Dijo que este método, que puede parecer antiguo en comparación con los molinos eléctricos, pero es preferido por su impacto mínimo en el medio ambiente y por preservar el sabor auténtico de los granos.
Este sabor y la conexión con las raíces ancestrales son factores clave que mantienen viva esta tradición que se niega a morir y que los habitantes que llegan al lugar incluso hacen fila para poder moles sus granos. El molino de Shuyo Chico no solo sirve para la producción de harinas, sino que también se ha convertido en un punto de interés para turistas y jóvenes que buscan reconectar con sus raíces.
Váscones explicó que los visitantes a menudo están interesados en aprender sobre el funcionamiento del molino. “Les explicamos cómo es el proceso”. La preservación y el mantenimiento del molino son cruciales para su funcionamiento. Váscones explica que, dependiendo de la cantidad de molienda, se realiza un mantenimiento regular de las piedras.
“Le damos mantenimiento cada mes, cada ocho días o cada quince días, dependiendo de la cantidad que se muela. A veces hay granos húmedos que empastan las piedras y hay que limpiarlas para continuar con la molienda”, explica la encargada de este proceso.
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Leer másEl molino de agua de Shuyo Chico no solo representa la producción sostenible, sino un vínculo vital con las tradiciones culinarias y culturales de la región. A pesar de la modernidad, este molino sigue proporcionando harinas naturales y manteniendo un legado cultural invaluable. Para los interesados en experimentar el sabor auténtico de los granos molidos a la antigua usanza, Shuyo Chico ofrece no solo productos de calidad, sino una lección viva de historia y tradición.
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