El Morro va en busca de sus divinidades para protección
Esta parroquia rural de Guayaquil recurre a sus símbolos católicos en estos días de violencia
“Las manifestaciones religiosas son también parte de la cultura de un pueblo. Son la manera de expresar las costumbres, ritos y prácticas de fe que durante el tiempo se han mantenido”. Así lo explica Lorgia Vega, gestora cultural de la parroquia rural El Morro de Guayaquil, mientras con un grupo de hombres y mujeres cargaban la cruz de Cristo Crucificado por las principales calles de la población, antes de la caminata de 14 kilómetros que iniciaron hasta el recinto Sitio Nuevo, uno de los recintos de El Morro, para colocar la cruz a la entrada de esa población de 500 familias.
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Leer másEn Sitio Nuevo, la cruz fue colocada junto al triángulo donde también está la gruta de la Virgen de Lourdes, que une la vía a San Miguel y Los Pocitos. Ese todos los días es un punto de encuentro de los habitantes de estos recintos que salen a trabajar a distintos lugares, no sin antes elevar sus oraciones ante la Virgen de Lourdes para que les vaya bien, y ahora lo harán también ante la cruz de Cristo crucificado, que mide tres metros de alto, para pedirle que los proteja en el trayecto a su trabajo y regresar con bien.
La iniciativa de poner la cruz en ese lugar fue de los Misioneros Seguidores de Jesús, “para fortalecer la fe en nuestro redentor y que nos proteja de tanta inseguridad que existe en todas partes; porque Él es el único en quien podemos confiar. Sentimos que esta cruz en el camino nos protege”, dijo Héctor Vélez, uno de los misioneros.
SAN JACINTO, EL DE EL MORRO
El pasado 25 de mayo, la imagen de San Miguel Arcángel también fue llevada a San Miguel de El Morro y ahora es la protectora del recinto.
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Leer másKelly Leyton, quien reside en El Morro, destacó que la parroquia tiene arraigadas costumbres religiosas de siglos, y estos símbolos constituyen la identidad del pueblo católico, que profesa su fe desde hace casi 300 años con la llegada de San Jacinto de El Morro y la construcción de su templo, por lo que deben valorarse y transmitirse a las nuevas generaciones.
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No es la primera vez que los moradores buscan protección en la cruz. Hace seis años, el entonces párroco Juan Ponce puso una cruz en la cúspide del cerro del Muerto, donde también está la gruta de la Virgen de la Roca.
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